Misa del 3º Domingo de Pascua | Celebrada por Mons. Jorge García Cuerva en la Capilla del Obispado de Río Gallegos.
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LECTURAS
Hechos de los Apóstoles 2, 14. 22-33: No era posible que la muerte tuviera dominio sobre Él
SALMO 15: Señor, me harás conocer el camino de la vida.
1a carta de san Pedro 1, 17-21: Ustedes fueron rescatados con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha
+ Evangelio según san Lucas 24, 13-35: Lo reconocieron al partir el pan
Lectura recomendada: Carta Pastoral 2023: “Menos aplausos, más compromiso" https://diocesisrgallegos.wixsite.com/1961/202303-carta-pastoral
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(AICA) Mons. Jorge García Cuerva compartió su tradicional reflexión dominical y, a la luz de las lecturas compartidas durante la celebración eucarística, recordó cuando Jesús resucitado les mostró el camino de la vida a los discípulos de Emaús (Lucas 24, 13-35).
En ese sentido, el prelado retomó algunos fragmentos de la carta pastoral del año pasado, titulada “Jesús es el camino. Nada como ir juntos a la par”.
En esa sintonía, el obispo expresó que a veces, como aquellos discípulos de Emaús, “nuestro caminar también es tristón. Caminamos desalentados, de brazos caídos, protestando, quejosos y peleados con el mundo. Ese no puede ser el caminar de los testigos de Cristo”.
Asimismo, recordó que "sínodo" significa “caminar juntos, juntos como Pueblo de Dios, juntos como hermanos”. “Cuántas veces nuestro caminar de fe se aisló de los demás por enojos, por decepciones, por incomprensión. Cuántas veces optamos por caminar por nuestro lado y separados de la comunidad parroquial. Caminar solos como catequistas, evitando por ejemplo las reuniones de equipo, caminar cortados de la vida de la fe de la diócesis, aislados de los demás como si nuestra parroquia fuera una isla”, agregó.
Ese caminar de “manera solitaria”, dijo, “se ve cuando nos cuesta trabajar en grupo, cuando preferimos hacer solos las cosas, cuando nos cuesta aceptar otras ideas. Es un modo de ir quedándonos solos en el camino de la vida”.
Entonces, aseguró: “Qué bueno reconocer lo que nos pasa, aceptar que así no podemos seguir y que, igual que los discípulos de Emaús, necesitamos de la ayuda del Señor. Poderle decir a Jesús, que camina a nuestro lado, que lo necesitamos, hacerlo con nuestras palabras, pedirle diariamente que nos acompañe, nos anime y alegre el corazón”.
Y señaló: “Para caminar más rápido hay que estar liviano de equipaje, de equipaje en el alma, a veces muy cargada de nostalgia, de rencores, bronca, celos y desconfianza”, y también que “hay que estar livianos de equipaje en el bolsillo, preguntarnos cómo ser comunidades más austeras, que no viven pendientes de juntar fondos o que discuten todo el tiempo por plata".
Seguidamente afirmó que, para “lanzarnos hacia adelante”, es necesario “no vivir de recuerdos que nos entrampan en una melancolía pegajosa, sino con una mirada siempre nueva que nos regala la alegría de la Pascua, que nos ayuda a mirar la realidad con ojos nuevos, aunque sean caminos ya transitados”.
Monseñor García Cuerva también animó a los jóvenes a “caminar a paso firme, rápido, que no se detengan ni jubilen antes de tiempo, que no se transformen en viejos prematuros. ¡Avancen, queridos jóvenes de la diócesis!. Necesitamos de su entusiasmo, de su frescura y de sus ideales”.
Finalmente, instó a que la carta pastoral 2022 y el Evangelio de los discípulos de Emaús, “nos sigan animando a ser una Iglesia sinodal, una iglesia que camina, pero que camina con la alegría de haberse encontrado con el Resucitado y que entonces sale al encuentro de los hermanos que nos necesitan”.+
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